Infertilidad de origen desconocido – Clínica CER

Infertilidad de origen desconocido – Clínica CER

La infertilidad puede originarse de diversas maneras: aproximadamente el 30% de los casos se deben a problemas en la mujer, otro 30% a problemas en el hombre, y alrededor del 20% involucra dificultades que afectan a ambos miembros de la pareja.

Por otro lado, aproximadamente el 20% de los casos restantes de infertilidad tienen una causa desconocida. Esto significa que, a pesar de realizar todas las pruebas habituales de diagnóstico tanto en hombres como en mujeres, no se encuentran anomalías que expliquen la incapacidad para concebir.

Cuando nos enfrentamos a esta situación de infertilidad de origen desconocido, es importante tener en cuenta la edad de la mujer al considerar las opciones de tratamiento. Esto ayudará a determinar si la mejor opción es recurrir a una inseminación artificial (IA) o a una fecundación in vitro (FIV).

¿Qué es la infertilidad de origen desconocido?

La infertilidad de origen desconocido se refiere a casos en los que, a pesar de someterse a estudios exhaustivos de fertilidad tanto para la mujer como para el hombre, no se puede identificar la causa del problema que impide el embarazo. Este tipo de infertilidad afecta aproximadamente al 15% a 20% de las parejas que tienen dificultades para concebir.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico implica una serie de pruebas y análisis exhaustivos. Aunque no se pueda identificar una causa específica, es importante tener en cuenta que todos los casos de infertilidad tienen una razón subyacente, aunque a veces resulte difícil de detectar.

Para considerar que una pareja tiene infertilidad sin causa aparente, se deben cumplir ciertos criterios:

  • Ciclos menstruales regulares.
  • Resultados normales en pruebas de análisis hormonal realizadas entre los días 3 y 5 del ciclo menstrual.
  • Niveles normales de la hormona antimülleriana. (AMH)
  • Confirmación de que las trompas de Falopio están permeables mediante una histerosonosalpingografía.
  • Anatomía uterina normal sin presencia de miomas ni pólipos, según ecografías.
  • Un recuento de folículos antrales (RFA) superior a 5 y un revestimiento uterino regular y homogéneo en ecografías.
  • Resultados dentro de los valores de referencia en el espermiograma (análisis del semen) para el hombre.
  • Frecuencia adecuada de relaciones sexuales, especialmente cerca de la ovulación.
  • Historial de intentos de concepción sin éxito durante al menos un año.

Cumplir con estos criterios puede conducir al diagnóstico de infertilidad de origen desconocido, lo que puede ser desconcertante para las parejas afectadas, ya que no hay una razón clara que explique su dificultad para concebir.

Adicionalmente a las pruebas mencionadas, existen otros estudios que pueden ayudar a identificar la causa subyacente de la infertilidad. Sin embargo, en algunas ocasiones, los médicos pueden recomendar comenzar un tratamiento de fertilidad antes de continuar con más pruebas, especialmente si ya se han realizado varias pruebas sin éxito.

Es importante saber que, aunque inicialmente se pueda diagnosticar infertilidad de origen desconocido, es posible que se encuentre la causa exacta más adelante, especialmente si se experimentan fallas repetidas en los tratamientos de reproducción asistida, abortos espontáneos o al realizar más pruebas complementarias. En estos casos, el proceso puede ser progresivo y requerir más tiempo y evaluación para obtener un diagnóstico más preciso.

Causas

Dado que estamos tratando la infertilidad de origen desconocido, resulta desafiante explicar las razones precisas detrás de la incapacidad de una pareja para concebir.

No obstante, la experiencia en tratamientos de reproducción asistida ha identificado algunas posibles causas de esta dificultad para lograr un embarazo. Aquí se describen algunas de ellas:

1.    Espermatozoides con alteraciones genéticas: Los errores en la secuencia genética de los espermatozoides pueden provocar fallas en la fertilización o la formación de embriones de baja calidad, que no pueden resultar en un embarazo viable. Para detectar estas anomalías, se pueden realizar pruebas genéticas en el semen del hombre, como el test de fragmentación del ADN.


2.    Óvulo con alteraciones cromosómicas: El número de anomalías cromosómicas o mutaciones genéticas en los óvulos de la mujer aumenta con la edad. Aunque la mujer tenga ciclos ovulatorios normales, es posible que la calidad de los óvulos esté afectada y no puedan dar lugar a embriones que se implanten y desarrollen normalmente.


3.    Alteraciones del embrión: Durante la fecundación de los óvulos con los espermatozoides en el laboratorio, se puede observar la morfología y el desarrollo de los embriones. Aquellos embriones con células asimétricas, fragmentación, múltiples núcleos o un crecimiento lento se consideran de baja calidad y tienen una mayor probabilidad de no implantarse correctamente, lo que puede resultar en fallos de implantación o abortos bioquímicos.


4.    Problemas en la implantación: Para que el embrión se pueda adherir a la pared uterina e iniciar su desarrollo, es necesario que el revestimiento uterino esté receptivo y que haya una sincronización perfecta entre el embrión y el útero. Una ventana de implantación desplazada podría provocar fallos en la implantación y la imposibilidad de lograr el embarazo.


Estas anomalías pueden resultar en infertilidad de origen desconocido, ya sea primaria o secundaria. La infertilidad primaria se refiere a parejas que nunca han logrado concebir un hijo, mientras que la infertilidad secundaria implica que la pareja ha tenido un hijo previamente pero ahora tiene dificultades para concebir otro.

Es importante destacar que la edad de la mujer es un factor crítico a considerar al investigar las causas de la infertilidad. Después de los 35 años, la probabilidad de lograr un embarazo de forma natural disminuye significativamente debido al envejecimiento de los ovarios y al deterioro de la calidad y cantidad ovocitaria.

Tratamientos

Natural

En ciertas ocasiones, pequeños ajustes en el día a día de la pareja pueden ser suficientes para abordar el desafío de la infertilidad. A menudo, cambios simples en el estilo de vida pueden marcar la diferencia en la búsqueda de concebir un hijo:

  • Adoptar una dieta sana y equilibrada, priorizando el consumo de frutas y verduras ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes que apoyen la salud reproductiva.
  • Evitar el tabaco y reducir el consumo de alcohol y cafeína para eliminar sustancias tóxicas que pueden afectar la fertilidad.
  • Mantener una rutina de ejercicio moderado para reducir el estrés y la ansiedad, factores que a menudo complican la concepción.
  • Si es necesario, trabajar en la pérdida de peso si se presenta sobrepeso u obesidad, ya que esto puede mejorar la fertilidad.
  • Registrar los días fértiles y mantener relaciones sexuales cada dos días para optimizar las posibilidades de concepción, evitando largos periodos de abstinencia que puedan afectar la calidad del esperma.

Además de todo lo anterior, el médico especialista podría sugerir que la pareja múltiples coitos programados. Este método implica monitorear cuidadosamente la fase inicial del ciclo menstrual mediante ecografías y recomendar a la pareja mantener relaciones íntimas específicamente en el día de la ovulación.

Inseminación Intrauterina

Cuando las relaciones sexuales programadas no resultan en un embarazo, el siguiente paso en el tratamiento de fertilidad puede ser la inseminación intrauterina (IIU).

Este procedimiento implica una leve estimulación ovárica en la mujer para promover el desarrollo de uno o dos folículos en el ovario. Luego, se induce la ovulación y se introduce el semen del hombre previamente capacitado directamente en el útero.

La IIU es un procedimiento simple y se recomienda realizar un máximo de 4 ciclos antes de considerar opciones de tratamiento adicionales. Aunque la probabilidad de embarazo aumenta con cada IIU adicional, los estudios sugieren que después del cuarto ciclo, la tasa de éxito no aumenta significativamente.

Fecundación In Vitro (FIV)

Cuando los tratamientos descritos no han tenido éxito o si la mujer tiene más de 36 años, la FIV se considera el siguiente paso para alcanzar el embarazo.

La FIV ofrece una mayor tasa de éxito en comparación con los tratamientos anteriores y puede proporcionar información adicional sobre posibles causas de infertilidad previamente desconocidas.

Durante la FIV, se examinan los óvulos y embriones de la mujer bajo el microscopio después de la fertilización, permitiendo su clasificación según la calidad.

El embrión más viable se selecciona para transferirlo al útero, mientras que los embriones restantes pueden ser preservados para futuros intentos de concepción.

Pruebas Adicionales

Si a pesar de los procedimientos mencionados, el embarazo no se produce, el especialista podría sugerir a la pareja explorar otras pruebas o técnicas más avanzadas. Aquí hay algunas de ellas:

Cariotipo: Se trata de un examen genético que evalúa la estructura y cantidad de cromosomas, identificando posibles anomalías como duplicaciones o inversiones.


Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP): Durante una FIV, esta prueba genética analiza los embriones para identificar aquellos que son genéticamente saludables y aptos para la transferencia, descartando aquellos con anomalías genéticas.


Test ERA: Este examen estudia la receptividad del revestimiento del útero para determinar el momento óptimo para la transferencia embrionaria.


Pruebas de Trombofilia: Problemas de coagulación pueden causar fallos de implantación repetidos o abortos recurrentes, que pueden identificarse mediante pruebas específicas de trombofilia.


Donación de Gametos: Cuando no se encuentra la causa de la infertilidad o los tratamientos previos no han tenido éxito, se puede considerar la donación de óvulos o espermatozoides como opción para lograr el embarazo.

La infertilidad de causa desconocida puede ser un diagnóstico desafiante para las parejas que han luchado durante años por concebir. La incertidumbre sobre la causa del problema y la dificultad para encontrar una solución pueden generar desesperación. Si te encuentras en esta situación, recuerda que en Clínica CER somos expertos en medicina reproductiva y te damos apoyo integral y multidisciplinario, para ayudarte a cumplir tu sueño de formar familia. No dudes en contactarnos aquí para obtener más información.

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