La vitamina D, conocida por su papel en la salud ósea, ha ganado protagonismo en la fertilidad y el embarazo debido a la presencia de receptores en el ovario, útero y placenta. La deficiencia de vitamina D en mujeres en edad reproductiva es común, y es esencial entender sus niveles para una salud reproductiva óptima.
Vitamina D en la mujer
Numerosos estudios vinculan la vitamina D con la capacidad reproductiva en mujeres. Se ha observado que mejora las condiciones para la implantación embrionaria, gracias a su efecto antiinflamatorio e inmunomodulador en el sistema inmunológico. La vitamina D también se relaciona con la hormona antimülleriana (AMH), marcador de la reserva ovárica, y su carencia puede afectar a condiciones como la endometriosis y el síndrome de ovarios poliquísticos (SOP), impactando la búsqueda de embarazo.
Vitamina D en el hombre
En hombres, la vitamina D se asocia con la producción y maduración de espermatozoides. Niveles adecuados pueden mejorar la motilidad espermática y aumentar los niveles de testosterona. Sin embargo, se necesitan más estudios para confirmar estos beneficios.
Vitamina D y Embarazo
La deficiencia de vitamina D en mujeres embarazadas se vincula con riesgos obstétricos como preeclampsia, crecimiento fetal retardado y diabetes gestacional. También puede aumentar el riesgo de cesárea y depresión postparto, además de contribuir a un mayor riesgo de aborto espontáneo. La suplementación bajo supervisión médica es esencial en casos de deficiencia.
Fuentes de Vitamina D
La exposición moderada al sol y alimentos como pescado azul, yema de huevo, hígado, productos lácteos y champiñones son fuentes de vitamina D. Cuando la exposición solar es insuficiente, los suplementos pueden ser recomendados, especialmente para aquellas mujeres que buscan embarazarse.
Entender y mantener niveles adecuados de vitamina D es esencial para la salud reproductiva. Consulta con uno de nuestros especialistas para evaluar y abordar tus necesidades específicas.
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