Nos conocimos con mi esposo en el año 2010, pololeamos 4 años y medio. En el año 2015 decidimos casarnos, y sin dudarlo nos pusimos en campaña para agrandar la familia. Más menos transcurrieron 8 meses y la incertidumbre se apoderó de mí. Consulté con un Ginecólogo, lo cual me dijo eres joven y aún faltan 4 meses para indagar más a profundidad, de todas formas, te pediré estos exámenes mas ecografía transvaginal. Los exámenes y ecografía salieron normales, su respuesta fue: SE PUEDE EMBARAZAR CUANDO QUIERA.
Me tranquilicé y aún habían meses de encontrar el anhelado positivo, transcurrieron los meses y siempre puntual me llegaba el periodo, ya había asumido de que algo ocurría.
Llegó Mayo 2016 y llegamos nuevamente a la consulta del Ginecólogo, lo cual empezaron la batería de exámenes más específicos para ambos, espermiograma norma y los míos nuevamente salieron normales.
Empezó hacer seguimiento folicular para decirnos en que momento del ciclo tener relaciones, estuvimos así todo el 2016 pero nada funcionaba. Emocionalmente estábamos muy cansados.
En el 2017 el Dr. nos habló de realizar una laparoscopia exploratoria, para ver a nivel reproductivo que ocurría, resulto tener una leve endometriosis entre el útero y vejiga, pero el Dr nos dijo que no era causa de Infertilidad donde se había encontrado la endometriosis, Seguíamos con fe de encontrar nuestro positivo, pasaron los meses incluso años y nada aún.
En el 2019 comencé averiguar sobre clínicas de Infertilidad en Santiago, ya que nosotros somos de Región y en la ciudad donde vivimos no hay ninguna que se especialice en el tema.
En junio 2019, llegamos a CER, teníamos hora con el Dr. Alba, estaba muy nerviosa de lo que nos iba a decir. Ordene todos mis exámenes que nos realizaron anteriormente. Abrimos la puerta de CER y supimos de un principio que estábamos en el lugar correcto, todo el personal muy amable desde las secretarias hasta el personal de aseo brindaba esa calidez.
Entramos a la consulta el Dr. Alba nos acogió muy bien y se dedicó a escuchar atentamente nuestra historia y reviso cada examen sin importar la fecha que se habían realizado, hasta sonrisas nos sacó para hacer más amena la consulta. Sólo me mando a repetir un examen para actualizarlo.
Nos indicó empezar con tratamiento de baja complejidad, íbamos con todas las esperanzas, pero resultaron negativos, y de nuevo la pena se apoderaba de nosotros, cuando íbamos en la tercera IIU negativa decidimos en conjunto con el Dr. hacer un alto, recargar energías, para luego pasar a la siguiente fase una FIV, eran palabras mayores, pero aceptamos el desafío.
Conocí a la Matrona Alejandra, donde jugó un rol muy fundamental y siempre me alentó a no rendirme.
Estábamos a punto de iniciar este tratamiento y llegó la Pandemia, todo se detuvo, para nosotros no fue un retroceso sino una pausa. Esperamos pacientemente para que volvieran a retomar las atenciones en CER.
Nuestro Dr. estaba en cuarentena preventiva y nos derivaron al Dr. Wells, también un amor de médico, muy atento y respetuoso.
Llegó el gran momento de la transferencia, fue un momento mágico y único, donde llegamos dos a la Clínica y regresamos tres a Rancagua.
Fueron los 12 días mas eternos para saber realmente si nuestro bebe se había aferrado a lo que iba a ser su casa por 9 meses. Nunca sentí algún síntoma que me hiciera sospechar si realmente había resultado
Finalmente llegó el día de la beta, ese día de puro susto no me realice beta. Me llamó la Matrona para preguntar el resultado del examen y le conté lo sucedido, solo me recalcó NO DEJE LOS MEDICAMENTOS.
Al llegar el resultado sentí un miedo tremendo, pero me armé de valor y vi el examen POSITIVO, fueron los días más felices de nuestras vidas, nunca imaginamos que se cumpliría este anhelado sueño.
Solo agradecer a todo el equipo CER por nunca abandonarnos en todo el proceso. En un futuro cercano iremos a buscar a la hermanita de Maite.